Entrevista a leticia y a paco plaza

11.09.2012 13:00

  ‘[REC] 3: Génesis’, entrevistas con Paco Plaza y Leticia Dolera

 

El pasado 28 de marzo, tras la proyección de ‘[REC] 3: Génesis’, gran parte del equipo de película se trasladó hasta el lugar de la cita para someterse a las preguntas de los medios asistentes.

De este modo, pudimos charlar con el director, Paco Plaza, y tres de sus principales protagonistas, Leticia Dolera, Diego Martín y Àlex Monner.

Os dejamos aquí el resultado de las distintas cuestiones que un servidor y otros compañeros le hicimos a Paco Plaza y a Leticia Dolera.

PACO PLAZA, EL DIRECTOR

Esta vez, el director asume en solitario la dirección de la tercera entrega de esta exitosa franquicia patria, y una de los principales diferencias que observamos en ella es la rotura de la filmación ‘cámara en mano’ tan característica en las anteriores películas.

¿Se trataba de refrescar la saga y de evitar quemar una técnica que a día de hoy está bastante sobreexplotada? Plaza responde: _

No exactamente. Creo que ninguna forma de contar se agota. [...] Si encuentras la historia que tiene que ser contada de esa manera, la forma en que se cuenta no se agota nunca. Lo que no puedes hacer es estirar una fórmula o un cliché porque sí.

En ese sentido, si algo conectó de REC con la gente era que estaba contada de una forma diferente a la que esperaban y a lo que se supone debe hacerse con una película de terror. Así que lo más honesto fue pensar en hacer un REC como se supone que no se hace un REC.

Volver a rodar como rodaban Sam Raimi y Peter Jackson hace quince años, volviendo al terror de los 80 y 90, que es lo que nos ha educado sentimentalmente. Volver a hacer cine en la manera que se hacía antes.

Estos referentes que cita Plaza quedan perfectamente plasmados en la película tanto en la forma como en el fondo. Y por ello identificamos también en ella un tono sustancialmente distinto al de sus predecesoras.

Si en aquellas se buscaba someter al espectador en un estado de máxima tensión, aquí lo que nos propone el director es que nos echemos unas risas con ella y a su costa, con una autoparodia muy marcada y acercándose al subgénero zombie con mucho desenfado, algo que Plaza admite no era algo ni mucho menos premeditado.

Era la propia película las que nos iba marcando, y en realidad sólo se nos ocurrían cosas graciosas. Me hubiera gustado que se me ocurriera otra cosa, pero un día llega ‘Luiso’ (Luís Berdejo, co-guionista) y te habla de un tío disfrazado de Bob Esponja y todo son risas. [...]

Las películas muchas veces cogen el espíritu no sólo de lo que pasa en el rodaje sino de todo lo que rodea a la escritura. La emoción, el entusiasmo… todo eso se transmite. Y esta película la escribimos viendo el Mundial en Los Ángeles, donde vive Luiso. Dos mejores amigos desde hace quince años, viendo el Mundial y entre medias escribiendo un guión…. Eso hace que salga el tono festivo y se transmita esa alegría.

Pensamos que esta película tenía que ser un festiva… de pasárnoslo bien y que la gente la viera y se riera.

Plaza ha podido dar rienda suelta a su lado más gamberro y freak al afrontar en solitario la dirección de esta secuela, si bien reconoce haber echado en falta a Balagueró durante toda la promoción.

Cuando hicimos las otras dos películas hubo mucha risa, sobre todo en los viajes. Lo que es haciendo la película, en realidad, no he echado de menos nada. Bueno, un poco… de la primera REC, porque la segunda fue muy distinta.

La uno fue muy Rock’n Roll, muy bestia cuando íbamos a rodar, quizás porque la hacíamos pensando que ni se iría a estrenar y que la acabaríamos colgando en Internet o algo así. De hecho, el final de REC lo escribimos un día antes de rodarlo. Nosotros rodábamos por la tarde-noche, y teníamos la costumbre de quedar cada día Jaume y yo después de comer y tomarnos un café mientras planteábamos lo que haríamos ese día. [...]

Fue una película irrepetible, y salió bien como podía haber salido mal. No es el modo en el que se tienen que hacer las películas [...] pero he echado de menos ese tipo de experimentación, ese espíritu de cuando hacíamos cortos. Esto, en cambio, ha sido todo muy calculado.

Dejando de lado la puesta en escena o el tono más gamberro, Plaza tiene claro qué es lo primordial en este tipo de películas y de la suya en particular: los personajes.

Creo que el funcionamiento de una película de género se basa en que te importe lo que les ocurra a los personajes. Hay películas que descuidan mucho los personajes y son las que luego no funcionan.

Si nos gusta el cine de terror no es por ver a un tío con careta. Lo que te importa es lo que les pase a esas personas.

Por eso es un cine en el que hay que cuidar especialmente a los actores, y en este caso ha sido muy fácil porque son muy buenos actores y además desprenden una humanidad que hace que les quieras. Tienen ese don de conectar contigo y de no querer que les pase nada malo.

Clara y Koldo sufren el acoso constante de los no-muertos, y en ocasiones el ritmo de sus perseguidores se ve afectado por los requerimientos dramáticos que exige la secuencia, circunstancia que dentro de la narración puede considerarse como algo legítimo. De todos modos, Plaza nos da sus motivos para acelerar o ralentizar el paso de sus infectados/poseídos.

No todas las personas son iguales. Y los zombies son personas transformadas, así que no tienen por qué ser todos iguales. Uno puede correr y otro puede andar. [...]

Luego, además, la velocidad del zombie es variable en función de la necesidad dramática de la escena. Es la primera Ley de Newton [comenta entre risas].

En los tiempos de la era digital y de Internet, estamos expuestos diariamente al temido tema de los spoilers, y cuando no es el propio estudio o la distribuidora los que se encargan de destriparnos la película a base de trailers, clips y demás exceso de información, es la actitud, a veces maliciosa, a veces descuidada, de algunas personas la que nos desvela detalles relevantes que desearíamos no conocer o chafarnos esa sorpresa que deberíamos disfrutar sentados en la butaca de una sala de cine.

Con REC 3 se han sucedido rumores acerca de su argumento, pero cuanto más se ha acercado su fecha de estreno, más peligro ha habido con los spoilers, algo que no sólo preocupa al futuro espectador sino también al director de la película.

Las teorías acerca del argumento están bien porque eso demuestra el interés en la película. Eso me parece cojonudo.

Los spoilers sí que me han afectado; los spoilers y cosas que no son exactamente spoilers, como es el exceso de información. Si coges lo que hay en la web de Televisión Española, lo pegas y le pones ‘Eloise’, ya tienes la película.

La experiencia al entrevistar a otros directores nos dice que es difícil implicarse de un modo directo en el tema de la promoción de una película para evitar que, como mínimo, desde la publicidad propia de la película no se desvele al público más de lo que realmente necesita saber. En su caso en particular, Plaza nos comentó lo siguiente:

Todo el material lo he hecho yo. Lo que yo no he controlado es el goteo, es decir, el cómo se gestiona ese material. Creo que lo que mola es jugar a la seducción y respetar al espectador que va al cine.

Con el afán de atraernos a las salas, el exceso de información en la promoción de una película se ha convertido en una norma general de las distribuidoras y en un arma de doble filo.

En el caso de REC 3 quizás resultaba aún más innecesario tratándose de una segunda secuela de un producto que el público ya conoce y que ya cuenta, casi de forma asegurada, con los fieles seguidores de la saga pasando por taquilla.

Para terminar, y a modo de anécdota, Paco Plaza nos recomendó que cuando tengamos en nuestras manos el Dvd/BluRay de la película, aprovechemos la oportunidad que nos brinda el modo ‘Pausa’ para fijarnos en el menú de la boda que aparece reflejado en los primeros minutos en los que se simula, valga la redundancia, el menú de un Dvd.

Dicha broma es muy posible que pase desapercibida en el primer visionado.

LETICIA DOLERA, LA NOVIA PROTAGONISTA

La entrevista comenzó con una pequeña confesión de la actriz respecto al rodaje:

No llevo los tacones durante toda la película. Lo cierto es que había tomas en los que no se me veían los pies, pero no podía quitarme los zapatos porque me decían que no caminaba igual con el tacón que sin él. En realidad, llevé el tacón más de lo que me hubiera gustado.

Pese a la incomodidad de rodar bastantes tomas con los dichosos tacones, reconoce que el rodaje fue una fiesta. Cada día iba a rodar feliz, y cada día era una aventura. Fue un sueño para ella estar en una película como ésta.

Pese al tono distendido de la cinta, lo cierto es que tenemos a Dolera realizando un gran esfuerzo físico para dar la talla en las secuencias de acción que planeó el director.

Con la parte física sabía que iba a ser un trabajo duro y que iba a tener escenas de acción. Dos meses antes estuve yendo a un gimnasio con un entrenador personal, levantando pesas cuatro veces por semana y comiendo mucha proteína.

Y es que por un lado tenía que resultar creíble para el espectador que yo podía con la sierra y con los zombies. Soy una chica flaquita, pequeñita… y para mí era muy importante que el personaje fuese creíble.

Por otra parte, tenía que ser capaz de hacerlo de verdad. La sierra real pesaba nueve kilos, pero la de mentira pesaba cinco… Tenía que ser capaz de sostenerla, y yo quería estar a tope en cada toma; tan en la toma 2 como en la toma 15. [...]

Ese trabajo físico para cambiar mi complexión también me ayudó mucho para afrontar el papel. Me he dado cuenta que cuando te sientes fuerte físicamente también te sientes fuerte interiormente, a nivel emocional.

Algunas de estas escenas fueron pensadas para ser abordadas por la doble de acción, pero finalmente, y tras mucha insistencia por su parte, las llevó a cabo la propia actriz. E incluso nos contó la anécdota que hubo mientras rodaban la secuencia en la que su personaje, Clara, se arrastra por debajo de una puerta automática:

A mí me ponía muy nerviosa que hubiera una doble porque yo lo quería hacer todo. Me impliqué con el personaje y su ‘voy a defender mi vida y mi día, y voy a luchar’ y pensé que yo lo podía hacer.

Dije que quería hacerla yo esa secuencia, pero en el suelo había gravilla, y además éste era como de cemento con rayitas. Y como ya habíamos rodado el final, Paco me decía que si me ponía a rodar y me hacía algún corte en la espalda no tendríamos racor y habría que ir tapando la herida cada vez.

Entonces la doble se puso a rodar y yo me moría de envidia. Luego a mí me tocaba asustarme y correr hacia la puerta, y aunque me decían que no podía hacerlo y que era un riesgo para mí (la puerta pesaba muchos kilos) me tiré. No sé si sale en el corte final (tendréis que preguntárselo a Paco), pero al montador le gustó la toma.

Debido a que se empeñó en rodar sus escenas de acción, Dolera intercedió para que su doble pudiera participar en la película de otro modo: ‘Al final conseguí que la pusieran de zombie.’

Con doble o sin doble, lo cierto es que el personaje de Clara muestra unas señas de identidad muy características y que bien podrían convertirla en todo un icono del género de terror.

La apariencia angelical de la actriz embutida en un traje de novia salpicado de sangre, el rímel corrido por la lluvia como un toque a medio camino entre lo siniestro y lo seductor, y la motosierra en su manos dispuesta a despedazar zombies, sugieren que estamos ante una mujer de armas tomar capaz de llevar sobre sus hombros todo el peso heroico de la película (aunque en este caso éste esté compartido con el personaje de su esposo).

Antes de que hubiera guión, Paco me habló de la imagen de novia con sierra mecánica, vestido rasgado y liga roja, y pensé… ¡Guau! ¡Y voy a ser yo!.  Es algo que a mí me gustaría ver en un cine, y por eso para mí este personaje es un regalo.

Estéticamente, tiene un look muy bonito: el rímel corrido, el pelo mojado, gritando ‘Hoy es mi día’, decapitando zombies…

La actriz citó a Uma Thurman en ‘Kill Bill’ y a Jodie Foster en ‘La extraña que hay en ti’ como fuentes de inspiración a la hora de abordar su papel. Además, para darle una personalidad mucho más concreta, una de las indicaciones que le dio Paco fue que imaginase que era Anna Karina (de las películas de Jean-Luc Godard) en una película de terror.

Aunque las sugerencias del director son una constante en el oficio, Dolera reconoce que lo bueno de trabajar con Paco es la libertad que deja a los actores y la seguridad que les transmite para que puedan probar y explorar con sus personajes.

Él es consciente de que cuando un actor está leyendo algo, puede aportar cosas al personaje que no estén pensadas desde el guión. A mí me dejó que se me fuera mucho la olla [...], pero eso sólo lo puedes hacer cuando tienes a un buen director [...], cuando sabes que el director te va a cuidar.

En ese sentido, destacó la celebración posterior a la boda, con la música a todo volumen y los invitados moviendo el esqueleto, como uno de los tramos con más improvisación de toda la película.

Lo mismo que el discurso que pronuncia la novia, y que fue demandando a gritos y de forma espontánea por sus damas de honor.

Esa parte [la de la celebración posterior a la boda] no la rodamos como una película al uso. Había cinco cámaras: la de Atún, la del primo Adrián (que era una ‘handycam’), y los iPhones, pues hay muchos planos con móviles.

Al gritar ¡acción!, Paco no nos decía lo que teníamos que hacer; simplemente el convite tenía lugar. Las cámaras te grababan sin tú saber cuándo.

[En el discurso] Hablé como si fuera mi boda. Como te obligas a estar concentrada todo el rato, llega en un momento en que dejas de pensar y ves a la gente que te rodea no como actores sino como tu familia en el día de tu boda.

El contexto nupcial en el que se enmarca la historia es lo que, sin duda, le otorga a esta tercera entrega un marcado -y muy estimulante- contraste en relación a la temática zombie. Leticia consideraba que es muy interesante el escoger precisamente una boda, un día en el que todo el mundo tiene que ser obligatoriamente feliz y estar sonriente.

Es una celebración del amor, y en un día tan feliz como éste es muy interesante incluir el horror como contrapunto. Y destacó, por encima de todo, el ambiente familiar que se creó y mantuvo durante todo el rodaje. Aseguró que se creó un clima muy mágico, y creía que eso se transmite en la película. Que parecía una boda de verdad.

Para terminar, no tuvo más que buenas palabras para Paco Plaza.

Es un gustazo trabajar con él. Creo que es un director muy completo. Domina a la perfección la técnica pero también es un gran director de actores. Y no siempre se dan estas dos cosas.

Y sentenció que es uno de los mejores directores con los que ha trabajado jamás.